Buenas de nuevo, aquí estoy de nuevo con otra historia. Jejejeje.
El sábado 19 de noviembre fue la cena del Esbart, en donde como cada año nos reunimos los supervivientes para pasar una noche diferente, juntitos y sin sudar la gota gorda y bien arreglados y wapetones.
Pues este año, y después de buscar bastante, la cena tenía lugar en el restaurante Palermo. La hora: 21.30. El padre de Meri nos llevo a Marisa, Meri, Erika y a mi para el restaurante donde ya había bastante gente.
Una ratillo después por fin nos reunimos todos y pudimos empezar a cenar. Este año había más alegría pq hay gente nueva que esperemos q noos ayuden a respirar y a sacar el grupo de baile pa'lante.
La cena estuvo bastante buena. Y transcurrió entre charlas entre grupitos pequeños, grupos más grandes....poco a poco el tono de voz fue elevándose y la gente ya se sentía incómoda en sus sillas y lo que pasa en cualquier cena que al final la silla de uno siempre está ocupada por alguien. Eso quiere decir dos cosas: 1. Que yo también estaba de pie; 2. Que alguien estaba también de pie para ocupar mi sitio.
El alcohol nos fue animando y empezamos el bailoteo en el mismo restaurante. Por cierto los chupitos y el cava nos subió la temperatura a la hora de bailar jejejeje.
El sábado 19 de noviembre fue la cena del Esbart, en donde como cada año nos reunimos los supervivientes para pasar una noche diferente, juntitos y sin sudar la gota gorda y bien arreglados y wapetones.
Pues este año, y después de buscar bastante, la cena tenía lugar en el restaurante Palermo. La hora: 21.30. El padre de Meri nos llevo a Marisa, Meri, Erika y a mi para el restaurante donde ya había bastante gente.
Una ratillo después por fin nos reunimos todos y pudimos empezar a cenar. Este año había más alegría pq hay gente nueva que esperemos q noos ayuden a respirar y a sacar el grupo de baile pa'lante.
La cena estuvo bastante buena. Y transcurrió entre charlas entre grupitos pequeños, grupos más grandes....poco a poco el tono de voz fue elevándose y la gente ya se sentía incómoda en sus sillas y lo que pasa en cualquier cena que al final la silla de uno siempre está ocupada por alguien. Eso quiere decir dos cosas: 1. Que yo también estaba de pie; 2. Que alguien estaba también de pie para ocupar mi sitio.
El alcohol nos fue animando y empezamos el bailoteo en el mismo restaurante. Por cierto los chupitos y el cava nos subió la temperatura a la hora de bailar jejejeje.