10 de agosto- 11 pm: Meri llama para que vayamos al Gurugú a hacer unas cervecillas antes de salir para Francia.
11 de agosto- 00 am: Marisa, Félix, Meri y yo llegamos al Gurugú con dos opciones: empalmar e ir directos del Gurugú al autocar o portarnos bien e ir a hacer una cerveza.
11 agosto- 02.30 am: Los 4 nos retiramos
11 agosto- 06:30 am: El autocar está esperando listo para salir con destino Montrejeau para asisitir al 47º Festival Mundial de Folklore.
Hacia la 1 del mediodía llegamos al destino (Montrejeau) y realizamos las tareas de rigor: descargar el autocar, distribuir habitaciónes e instalarse. La primera "sorpresa" fue el estado del albergue donde nos instalabamos. El albergue era más propio de película de terror de esas de asesinatos en masa de adolescentes (telarañas, suciedad, camas viejas, puertas por todos lados, cuartos de baño donde lo mínimo que podías pillar eran unas ladillas).
Después de esta sorpresa nos vino la segunda aunque para esta ya estabamos preparados: LA COMIDA FRANCESA. Un asco. Es lo que pasa si tienes que cocinar para un montonazo de asistentes y claro si la materia prima no es buena imaginate si la cocinas mal...
Después de ir haciendonos la idea de lo que nos esperaba en estas situaciones nos dirijimos hacía la primera actuación haciendo un pasacalles. Íbamos todos preciosos con nuestras mejores galas para hacer el pasacalles. Sólo había un pequeño pero y es que no había ni Cristo en las calles, por tanto un rollo soberbio. Llegamos al lugar donde teníamos que actuar. Ese día nuestro grupo junto con Bulgaria eramos los que teníamos más tiempo para nuestras actuaciones. Hicimos la actuación pero con un público que casi se puede contar con los dedos de la mano.
Después de todo esto y agotados por la actuación, por el viaje nos dirijimos a las habitaciones o más bien dicho a la casa del terror y con una sensación rara: ¿si el primer día fue bastante raro...cómo serían los 3 días siguientes?