4 días en el Camino de Santiago. 4 etapas. Casi 100 kilómetros. Estos eran los datos objetivos con los que me había planificado mi primer viaje solo. Para mi primera experiencia en solitario quería algo "asequible", cercano. En enero me planifiqué este viaje: billetes, etapas, hostales y pensiones (me cuesta muchísimo fuera de casa así que en un albergue me creí incapaz ya que pensé que debía descansar bien para afrontar cada etapa).
Ahora que he explicado los preparativos, y una vez hecho el viaje siguiendo esa preparación... intentaré explicar todo lo vivido. No sé si podré seguir un orden...pq han sido muchas experiencias, muchos detalles que te van bombardeando poco a poco y ha convertido este viaje de 4 días en algo especial.
SÁBADO: Llego a Pamplona.
Me bajo del tren y toca buscar el centro de Pamplona para buscar el alojamiento. Empiezan la primeras sensaciones de estar solo ante la aventura: buscarse la vida, orientarse, descubrir una ciudad desconocida .
Llego a la habitación y no tengo nada que hacer hasta la mañana siguiente que empiezo el Camino. Toca descubrir Pamplona. La sensación de salir solo a pasear por una ciudad que desconoces, en la que nadie sabe quien eres, no saber donde ir, qué visitar... todo depende de uno mismo y de las ganas que te tenga. Primera sensación de... ¿¿QUÉ HAGO YO AQUÍ?? Me pillo un mapa y a visitar el centro de Pamplona, cuando tengo ganas me paro y me siento en un banco a ver pasar la gente, me oriento, busco señales del Camino para el día siguiente, me tomo una tapa y una caña y hago tiempo hasta la hora de cenar. Cenar solo en una ciudad desconocida se me hizo extraño pero no incómodo.
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Turisteando por Pamplona |
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Primeras sensaciones de soledad pero pa'lante. |
DOMINGO: PAMPLONA - PUENTE LA REINA (26 kms)
Hoy empieza la aventura planeada. Me pongo mi mochila, estoy solo, empiezo a seguir alguna señal del Camino con algo de inseguridad. Al momento de empezar a caminar empiezo a ver gente con grandes mochilas: otros peregrinos. En un semáforo conozco a dos chicas alemanas y empiezo a hablar con ellas. Todas las conversaciones empiezan más o menos igual: ¿De dónde has empezado? ¿Dónde quieres llegar hoy?... luego poco a poco las conversaciones van fluyendo. Empiezo oir una expresión que (una vez hecho parte del Camino) considero es un hechizo: ¡BUEN CAMINO!
No llevaba el ritmo de las alemanas, yo iba algo más rápido. Pero no tenía referencia de nada ni sabía como actuar. Seguí avanzando y dejé a las alemanas atrás. Mis primeras dudas: ¿debería esperarlas? ¿pensarán que soy maleducado? ¿voy muy rápido?.... como no hay repuestas...sigo las señales del camino, sigo caminando, continuo cruzando con gente. Voy dejando Pamplona atrás.
Durante algunos kilómetros coincido con un señor muy majo. Va con un pequeño grupo de gente pero se queda un ratito conmigo. Nos contamos un poco el motivo particular de hacer el Camino. Seguimos charlando y me explica la historia del Camino de Santiago. Esto del Camino me gusta, hablas, te cruzas con gente (con alguna hablas, con otra solo dices Buenos días, con otros Buen Camino...). Dejo atrás a ese señor que no recuerdo el nombre.
Cada vez hay más gente con mochila por el Camino. Veo por las señales que no es posible perderse y si dudas siempre hay peregrinos en el horizonte marcándote que vas bien. Toca la subida al Alto del Perdón. Mucha gente. Parada breve para descansar. Vuelvo a encontrarme al señor. Estoy solo desayunando algo de fruta y bebiendo. Veo otros peregrinos solos como yo. Cruces de miradas. Saludo a un grupo de dos chicos (Jose y Jonathan de Vilaseca) y a una chica (Júlia de Madrid). Primeras preguntas del plan.... ¿de dónde sois? ¿a qué te dedicas...? Encantado....
Me levanto y continuo solo el Camino. No sé donde se metió toda la gente que había antes de llegar al Alto del Perdón y estoy como una hora y media caminando solo. Nadie a la vista ni por delante ni por detrás. Sensación extraña de soledad. Al cabo de casi dos horas veo tres personas que se acercan. Los espero. Resulta que son la Julia, Jose y Jonathan. Les digo si me puedo acoplar que me siento algo solo y aceptan encantadísimos. Estamos hablando y caminando juntos el resto de la etapa, unas tres horas juntos hablando sin parar, de nuestras sensaciones e impresiones del viaje.
Juntos llegámos a Puente la Reina. Y cada uno se va a buscar su alojamiento. Nos separamos. ¿Nos volveremos a ver? ¿los encontraré por el pueblo? A saber... Nos despedimos...
Me instalo, como en el restaurante y me vuelvo a la habitación. Tengo toda la tarde libre, sin hacer nada. Me voy a conocer el pueblo solo. Mientras paseo por el pueblo ves más peregrinos, algunos te suenan de vista. Unas chicas de Tordera me piden que les haga una foto. Se la hago y continuo el paseo.
Puente la Reina es muy pequeño y en una hora lo tenía más que visto. Uffff... es muy pronto y no tengo nada que hacer. Me siento a hacer una caña y a leer. Las chicas de Tordera están tomando algo en la misma terraza y me invitan a sentarme con ellas. Acepto y nos explicamos las primeras experiencias y sensaciones del Camino.
Ellas se van y justo me encuentro a los dos chicos de Vilaseca y me siento con ellos. Luego aparece Júlia y también se apunta a tomar algo y a charlar. Pasamos la tarde en la terraza tomando cañas, hablando y escuchando a un señor del pueblo que nos explica sus sensaciones del Camino y su vida.
A las 21 nos despedimos. Mañana todos pararemos en Estella, pero ya veo que cada uno lleva su ritmo. Me voy a dormir contento. Sin planearlo, he pasado una tarde muy agradable y en compañía.
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Puente La Reina |
LUNES: Puente La Reina - Estella (22 kms)
Salgo de Puente La Reina solo. Pronto se aprende que cada uno hace el Camino a su manera, cada uno sale a la hora que cree conveniente, cada uno lleva su ritmo. Hasta llegar al primer pueblo estuve solo. Cuando paré a beber por casualidades de la vida encontré a una mujer de Lleida que también viajaba sola.
Vamos juntos unos cuantos kilómetros. Hablamos del Camino, y hacemos el Camino por el mismo motivo. Eso da pie a que libremente Ana María me comentara sus miedos, sus sentimientos, sensaciones, experiencias personales.... y yo respondo de la misma manera.
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Orgulloso de ser peregrino |
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Cuando se acerca el mediodía...las sombras escasean. |
Por el Camino nos encontramos a Júlia que está descansando y se nos use. Compartimos unos kilómetros más. Y llegamos a otro pueblo. Allí nos encontramos a los chicos de Vilaseca. Ana María se queda haciendo un café, y nosotros 4 continuamos juntos. Llegamos a Estella y comemos juntos. Jonathan y Jose quieren avanzar bastante más y ya no harán las mismas paradas que yo. Así que disfrutamos de la última comida juntos, foto y nos pasamos el Whatsapp.
Estella es mucho más grande y cuando nos despedimos para ir a nuestros alojamientos, creo que no los volveré a ver por el tamaño de la localidad. Me da la sensación que no encontraré a nadie conocido. Descanso hasta las 18 en la habitación y salgo a conocer Estella. Nadie conocido. A las 20 me pillo un libro y me siento en una terraza para hacer tiempo. De golpe aparecen las chicas de Tordera y me invitan a tomar algo con ellas.
Después de voy a cenar solete y a dormir. Veo que ya no me da cosa irme a cenar solo o a pasear solo. Sin planificar nada... surgen planes geniales. Empiezo a aprender que hay que dejar que las cosas fluyan y sucedan por sí mismas.
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Gracias chicos. Buen Camino. |
MARTES: Estella - Los Arcos (22 kms)
Me siento parte del Camino. Me dejo llevar. Estas sensaciones te van llegando sin darte cuenta. ¡Buen Camino!
Esta etapa saludo y me saludan mucho, pero la hago completamente solo. 5 horas solete. No se me hace pesado ni aburrido. Pensé en cosas, pero no en nada profundo, ni en cambiar nada. Era yo y mi cerebro que estábamos solos. Pero la verdad que no me plantee ni la soledad, ni el porqué del viaje. Para mi el Camino ya tenía sentido hacerlo solo.
Llegar al final de etapa se agradece. Y más cuando es mediodía, el Sol pica y no hay sombras. Llego a los Arcos solete, y toca ducha de rigor e ir a comer.
Vuelve a pasar. Júlia no tenía fin de jornada en Los Arcos, ella seguiría. Así que ya no vería ni a Jonathan, ni a Jose ni a Júlia. Pero por sorpresa, me meto en un restaurante y ¡allí estaba Júlia! Me invita a comer con ella y con un americano y Belinda, una chica australiana. Comemos y si que me despido de Júlia. No sabemos si coincidiremos en Logroño.
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Encuentros inesperados |
Visita express de 10' por los Arcos. Pueblo mega pequeño. Luego me pongo a leer y por sorpresa coincido con las chicas de Tordera (Georgina, Sara y Marta). Cenamos juntos y también me despido de ellas. Yo llegaré a Logroño pero ellas se quedarán en Viana.
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¡Buen Camino chicas! |
MIÉRCOLES: Los Arcos - Logroño (28 kms)
Toca etapa larga. Empiezo solo. Pero a los 3 kms me cruzo con un chico madrileño. No sé, conecté mucho con ese chico. Hablamos de cosas sinceras, de como vemos y entendemos la vida. Una conversación muy profunda y sincera con alguien que no conocía, pero que a la vez era hablar con un espejo o conmigo mismo. Una conversación muy especial. Caminamos juntos tres horas. Unos 15 kilómetros juntos, parando a beber, a desayunar, o a descansar juntos.
Llegamos a Viana y él tiene mucha hambre y dice que para a comer. Yo tenía que llegar pronto a Logroño pues tenía ya el billete de tren. Me despido con un abrazo. Y nos preguntamos el nombre. Se llama Víctor y es de Madrid y trabaja en publicidad. Sólo sé eso de él, ni móvil, ni mail ni foto de recuerdo. Me llevo esa larga y encantadora conversación. No creo que vuelva a saber de él, pero me encantó pasar esas tres horas que se me hicieron super cortas contigo Víctor. Muchas gracias y Buen Camino. Quien sabe si algún día llegas a este blog, o me encuentras por alguna red social. Pero hablamos de mucho y me hiciste pensar en muchas cosas. El abrazo que te dí fue de corazón y ya sabes que te dije que yo no suelo ser de dar abrazos.
Ya solete hago mis 10 últimos kilómetros. Mucho calor, dolor de pies y ganas de llegar. tapeo por la calle Laurel ya sin la sensación que tenía en Pamplona que comer solo o pasear solo era un poco raro. Disfruté de hacer lo que hacía aunque fuera solo.
Para rematar y convencerme aún más de no planificar, dejarse llevar que las cosas bonitas siempre llegan solas... pues estaba solo tapeando por Logroño y me encuentro al gran Joan Rovira. Nos reconocimos y compartimos unos minutillos. Es una persona majísima y gran cantante.
En la estación me puse a hablar con diferentes personas sin la vergüenza típica de siempre y con la que empecé el viaje.
Mi primera etapa del Camino ha acabado. Y quiero volver. El Camino tiene algo, en serio. Pero cada uno descubrirá cosas diferentes. ¡BUEN CAMINO!
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He aprendido muchas cosas en este Camino:
- No necesitamos casi nada. Tema mochila sobretodo.
- El mejor regalo que nos pueden hacer es pasar tiempo junto a la gente que se quiere.
- Hay que dejarse llevar, no planificar tanto. Dejar que todo fluya. He tenido momentos de soledad, momentos bien acompañado sin planificarlos....
- Creo que el Camino es como la vida: Es un viaje que haces solo, que te vas cruzando con gente. Gente a la que sólo saludas, gente que te acompaña unas etapas, gente que se va, gente que aparece cuando no lo esperas, gente que te impacta y con la que estableces un vínculo irracional.
- El próximo viaje al Camino será más largo y sin planificar ni buscar alojamiento por anticipado. Quiero vivir el Camino desde los albergues, y basándome en las sensaciones y no en llegar a un pueblo concreto. Caminar, parar cuando se quiera... dejar que fluya.
- Cada uno hace el Camino por un motivo concreto y personal. Pero allí estamos todos solos, pero a la vez algo nos une.
- Hay que aprender y valorar estar solo, conocerse o al menos intentarlo, reconocer los miedos o debilidades que tenemos e intentar luchar para ser feliz, y ser feliz he visto que empieza por estar bien con uno mismo y luego con el resto de la gente.
- Es una experiencia estar que creo que hay que vivirla. Yo me he quedado con ganas de más pq sólo he hecho 4 días, pero un trayecto más largo debe ser una experiencia aún más profunda y bestia.
- Hay momentos en los que he disfrutado la soledad. Momentos en los que me he alegrado de ver gente conocida pero también momentos de añorar a mi gente querida.
- Y lo más importante del Camino que he aprendido: EL TIEMPO. Hay que parar. Parar del todo. Poder pensar. Poder avanzar. El tiempo es lo mejor que podemos regalar con la gente a la que queremos (eso incluye família, amigos e incluso con uno mismo).