Después de una panzada de horas de vuelo, aterrizamos en Tokyo. Pero dijeramos que no cuenta, porque llegamos tarde y fuimos directamente, bajo la lluvia, al hotel. No cuento Tokyo como primera parada ya que al día siguiente a las 8 nos íbamos a Osaka.
Osaka fue nuestra primera parada oficial durante unos días.
Lo primero que me enamoró fue el alojamiento y lo primero con lo que flipé y me agobié un poco fue con los transportes (Suica, JRPass, un montón de líneas y andenes...).
Nuestro alojamiento era una especie de albergue, aunque teníamos habitación para nosotros solos. El albergue, aunque no muy cómodo, molaba pq era un cambio muy bestia para mí: la puerta redondeada, espacios muy pequeños, los WCs con chorritos...
Y empezaron las rutas y los paseos: Namba Yasaka (el templo con cabeza de dragón), Kuromon Market, el barrio de Fukushima, la zona de Tsutenkaku, Dotonbori y su cartel de Glico, el templo de los Durand, el templo Katsuo-ji (templo de los Darumas)...
Y, de manera muy resumida, esa es nuestra primera etapa en nuestro viaje. La siguiente parada larga sería en Kyoto pero con una parada previa en la Península del Kii para hacer un tramo de la ruta de Kumano Kodo y poder ver el templo Seigantoji. Fueron preciosas las vistas de la pagoda con la cascada al fondo.