03 agosto 2025

KYOTO, TSURUOKA Y TOKYO

Pues en Katsuura hicimos un tramo de la ruta Kumano Kodo, en concreto uno de la ruta Nakehechi, para ver el gran santuario Nachi Taisha  con la cascada impresionante. Una visita exprés de una noche. Después de hacer el tramo de escaleras y sudar como nadie se puede imaginar, pusimos rumbo a otra gran ciudad: Kyoto.

Llegamos a media tarde a Kyoto, y entre situarnos y buscar el alojamiento, empezó a atardecer. Así que nos pusimos rumbo, directamente, a la zona de las calles bonitas como las llamamos: las cuestas de Higashiyama. De vuelta, pasamos, sin saberlo, por el río Kamo y el barrio de Pontocho. Ese breve paseo me sirvió para enamorarme de Kioto al instante.

Los días siguientes fueron intensos visitando un montonazo de cosas interesantes de la ciudad:

- Los toris del Fushimi Inari.

- El barrio de Gion donde estábamos alojados.

- Los templos Kinkaku-ji (pabellón dorado) y el templo Ginkaku-ji (el plateado).

- El castillo de Nijo.

- El santuario Heian.

- Arashiyama y el bosque de bambú.

- Ver un tramo del paseo del filósofo.

- Y nuestro ¡PRIMER ONSEN! Expericia total.




El barrio Pontocho y el paseo por el río Kamo me encantó y era el lugar donde cada noche nos íbamos a cenar y a acabar el día. Mención aparte tiene el pequeño bar al que fuimos. Está en un callejón mega estrecho y era un local de menos de 10 m2 pero que era genial.

Pues una vez visitada Kyoto, tocaba enviar las maletas, con el maravilloso servicio Ta-Q-Bin, a Tokyo. 

Nosotros pillábamos una ruta diferente y loca para el día siguiente antes de ir a Tokyo. Teníamos una visita a un templo muy al norte de Japón. De Kyoto a Tsuroka nos separaban 6 horas de shinkansen y de un bús. 

Nos alojamos en un pequeño pueblo al lado del templo Dewa Sanzan. Llegamos a las 18'00 al pueblo y ya no había vida. Así que tocó encerrarse en la súper habitación japonesa tradicional para hacer la visita al monte Haguro, con sus señales de peligro de osos y de avispas.



Después de la visita exprés a Tsuruoka tocaban 4 horas de shinkansen para ir dirección a Tokyo. Parada final.

Allí pasamos de la tranquilidad al caos y al bullicio de gente. Despúes de unos momentos de agobio y caos, empezamos a aclimatarnos a la ciudad.

Me quedo con la excursión alrededor del monte Fuji, que fue brutal gracias a nuestro guía Ken.






Después de reorganizar todo lo vivido, tocará reflexionar y escribir qué ha significado este viaje.

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