El último concierto al que fui antes de la pandemia fue el de LA CASA AZUL en la sala Razzmatazz en enero del 2020. Fue un concierto genial y fui junto con mi Ester.
Ayer pude volver a disfrutar de LA CASA AZUL en Sitges, otra vez. Iba a lo seguro y ya sabía que me iba a encantar y que iba a estar mega feliz escuchando sus pedazos de letras acompañadas de su música que anima a un muerto.
LA CASA AZUL, como ya sabéis, es un grupo que me encanta ya que habla de unos sentimientos muy concretos, de contradicciones y de lo rara y feliz/triste que puede ser la vida. Pero todo eso aderezado con ritmos y melodías geniales y mega bien producidos. ¡YA TENGO GANAS DE NUEVO DISCO!
Foto propiedad del Festival Terramar (Sitges) sacada de su cuenta de Twitter |
Eché de menos algún temazo que me encanta como EL COLAPSO GRAVITACIONAL o TODAS TUS AMIGAS.
Pero fluí con todas las canciones que interpretó: YO TAMBIÉN, SATUNRO (TODO VUELA), LA FIESTA UNIVERSAL....bueno todas.
Y me encantaron las proyecciones y sobretodo el homenaje a RAFAELLA CARRÁ cuando mezcló con LA REVOLUCIÓN SEXUAL la canción de RUMORE, RUMORE...
Foto propiedad del Festival Terramar (Sitges) sacada de su cuenta de Twitter |
Pero ayer, y por vicisitudes de la vida y del COVID, tuve que ir solo al concierto.
Al principio me daba palo y busqué como un loco algún acompañante, pero la búsqueda no fue fructífera.
Así que con un poco de rareza, tocó un momento de auto-reflexión y finalmente me armé de valor para ir solete. Ir a un concierto solo es raro, pero como ir al cine o viajar solo. Así que el concierto valía la pena y no pasa nada por disfrutar solete. Y la verdad que finalmente, cuando me senté en mi asiento era como cuando voy solete al cine.
Disfruté muchísimo porque GUILLE MILKYWAY ANOCHE CANTÓ PARA MI.
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