Salimos el sábado 24, a las 20.00 de la noche (con una hora de retraso) hacia Budapest. Llegamos a las 22.30 y un cogimos un taxi (ya que en Budapest el metro cierra a las 22.00) en la misma puerta del aeropuerto Ferenz-Liszt.
El taxista con una velocidad muy considerable nos llevó a la misma puerta del hotel que teníamos reservado: Hotel Carlton.
Es un hotel que os lo recomiendo si alguna vez vais a visitar Budapest. Está mega bien situado a 1 minuto del Puente de las Cadenas, en la parte de Buda. Un hotel 4****, con buen desayuno, habitaciones confortables y lo vuelvo a repetir, con una situación inmejorable.
Nos instalamos en la habitación y nos pusimos a dormir ipso facto ya que eran las 12 de la noche.
Al día siguiente había una visita que no podíamos evitar. Fuimos directamente a ver el Puente de las Cadenas (Szécheny Lánchid) ya que a parte de ser impresionante y precioso debíamos cruzarlo ya que teníamos visita en el Parlamento (zona de Pest) porque teníamos una visita guiada reservada en castellano.
El Puente de las Cadenas es impresionante, muy bonito, y cruzar sobre el Danubio impacta...es un señor río.
A las 10.45 teníamos una visita guiada en el Parlamento (Országház). Impresionante, y la visita fue muy práctica...45 minutos y te sirve para hacerte una idea rápida de la historia de Budapest. Como llegamos con tiempo suficiente visitamos las calles cercanas al Parlamento.
Después del Parlamento volvimos a Buda y cogimos el Funicular (Sikló) para subir a la Colina del Castillo (Várhegy). Allí visitamos los exteriores del Palacio Real (Budvári Várpalota) , el Bastión de los Pescadores (Halászbátya)y la Iglesia de Matías (Mátyás Templom).
Después nos dirigimos al otro lado de ciudad...hacia Pest. Fuimos a Vörösmarty Tér a pasear por una de las calles más comerciales, y hay las mismas tiendas que en todos los lados... esta zona es muy parecida a cualquiera de cualquier gran ciudad...las mismas tiendas que en todos lados. En esta calle está la floristería más antigua de Budapest y tiene su encanto. Después de pasear mucho, cenamos en un italiano (al que se le fundían los plomos cada 5 minutos y nos medio timaron), y un heladillo de rigor que me metí entre pecho y espalda :D
Eran las 22.00 y decidimos dar un paseo en barco por el Danubio para ver la ciudad bien iluminada...¡preciosa!
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