Yo tenía mis reservas sobre este deporte y los típicos prejuicios que tiene: que si es un deporte de pijos, de ricachones, que si el PP...
Bueno la verdad es que disfruté como un enano y eso que no había jugado nunca. Pues bien ayer el novio de Divina me invitó a jugar junto con Divina y su hermano en el Padel Indoor. Y ya puedo confirmar que me gusta jugar a padel y que esos prejuicios (como la mayoría de prejuicios son una tontería).
A ver si encuentro una pareja para jugar y a ver si me animo a apuntarme a clases para que me enseñen una mica.
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