Y ya se acababan los 10 días de viaje. Pero no sin antes aprovechar que el vuelo de vuelta salía de Pisa, ciudad que aún no habíamos pisado (excepto la cafetería de la estación).
Así que el último cartucho fue pasar unas horas de la noche en Pisa y la mañana del día siguiente.
Lo teníamos muy claro, queríamos tener una cena guay de despedida y fue fácil escoger el menú de la cena: Pasta al Pesto (nos ha encantado como cocinan esa salsa) y un buen trozo de carne (que aún no habíamos probado). Así que nos fuimos a una bonita terraza, cerca de la Torre y del Duomo, llamada TOSCANA y nos pusimos las botas. Hicimos nuestro último brindis del viaje con un buen chupito de Limoncello.
Al día siguiente, vuelta a ver la Torre, el Duomo y el Baptisterio pero con la luz del día, y pasear por Pisa para comprar pasta, limoncello y salsa pesto, y para pasear por sus calles y pasar por encima del río.
Finalmente llegó el momento de irse para el aeropuerto y volver a Sevilla. Después en coche hasta Pozoblanco, donde probé un salmorejo brutal y una pizarra de carnes tremendas, acompañado por una buena Mahou.
Al día siguiente, tocó despertarse pronto e ir a la estación de trenes de Córdoba.
Fue difícil subirse al tren. Qué rapido habían pasado esos 10 días, me sabían a poco. Ha sido un viaje genial. Todo me ha gustado: hemos viajado en tren, avión, barco, bus, coche... Hemos caminado y caminado, hemos probado todo lo típico (helados, carnes, embutidos, vinos, limoncello...), hemos visitado un montón de lugares geniales, he compartido viaje con un compañero de viaje increíble con el que se puede reír uno, hablar, confesarse y con el que no me he enfadado en ningún momento. Así que gracias Antonio y espero que haya más viajes juntos.
LA VITA È BELLA!
BELLA CIAO!
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